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He sido de las personas que jamás ha creído en los procesos de ayuda, ni de apoyo por parte de otra persona para solucionar mis propios demonios e inseguridades, siempre los tuve y casi de manera incontrolable, pero conseguía continuar mis días porque me refugiaba en excusas, personas, éxitos, fracasos y los dejaba escondidos en un baúl, para no hacerles frente, hasta que me vine a vivir a Portugal, y me quedé sin nada en que refugiarme, solo me tenía a mí, y los cambios de cultura, costumbres e iniciar una construcción nueva hicieron que ese baúl se abriera, y la única forma de salir adelante era enfrentar y asumir todo lo que estaba dentro.  Luché sola muchos meses, porque crecí con el pensamiento “soy mujer, yo puedo sola”, pero casi después de un año en el que cada cosa que hacía veía como mi vida se derrumbaba, entendí que no puedo sola, y conocí a Joanna gracias a mi hermana, fue la primera vez que creí en ese apoyo, ese acompañamiento para entenderme y saber cómo arreglar ese baúl. No ha sido un proceso fácil, escudriñó cosas que dolieron demasiado.  Yo creía que había tocado fondo, las semanas siguientes fueron más horribles aún, y muchas veces dudé de mi proceso, pero si quería estar mejor, tenía que continuar y enfrentar lo que era yo y convencerme del valor que tengo y especialmente de lo que merezco, y no se trata de merecer por parte de otras personas, se trata de aprender a recibir así como doy, sin miedo a no merecerlo, solo recibir con los brazos abiertos…  puedo decir hoy, que siento que además de construir una amistad con una mujer maravillosa, de alma incansable, he logrado encontrar mi amor propio, mi valor, sentirme orgullosa de mí, de lo que he hecho, de lo que soy, de lo que tengo para dar, de lo capaz que soy de dar y merezco recibir (aun cuesta, pero vamos bien), que soy capaz de pedir lo quiero sin miedo a un no o a un sí, simplemente pedir, pero sobretodo, he recuperado mi paz interior. También he recuperado el control de mis decisiones y de mi vida, de lo quiero, tener el coraje para decir “hoy no quiero” por qué logré ser mi propia prioridad, poner en primer lugar mis proyectos, mis sueños, porque solo yo puedo construirlos, no sola, claro está, pero solo yo puedo liderar ese camino al quiero llegar… nunca pensé que lograría disfrutar cada momento, sin el ayer y sin el mañana, solo el hoy, y todo esto solo lo logré gracias al trabajo y acompañamiento de Joanna, siempre tuvo las palabras perfectas (crudas, frías y a veces amorosas), las experiencias ciertas para hacer un clic en mí y así poder comenzar de nuevo.  Ha sido un proceso fantástico de crecimiento, luego les cuento en qué termina, pero me la estoy gozando demasiado.

Marcela Campo

Guimarães, Portugal.

Desde la primera vez que tuve la oportunidad de conocer a Joanna y de realizar una sesión de coaching, supe que todo en mi vida iba a cambiar, en ese momento me encontraba viviendo una situación dolorosa por la pérdida de mi papá y una cantidad de situaciones que me empezaron afectar mi día a día, no me lograba ver feliz y tampoco podía cumplir lo que me proponía, básicamente puedo decir que estaba viviendo desde la tristeza.  Cada sesión de coaching era un descubrimiento de lo que había guardado dentro de mí que no me dejaba seguir, siempre salía con una respuesta, con otra actitud y con ganas de cambiar.  Vivo infinitamente agradecida con Joanna por la labor tan bonita que desempeña, por ayudarme en este proceso, porque así como lo creí desde el primer día todo en mi vida ha mejorado. Puedo decir que estoy viendo la vida de forma diferente, desde los ojos de la gratitud y desde el empoderamiento, lo que me ha  permitido que todo cambie.

Sandra Núñez

Sandra Nuñez

Bogotá D.C.

Encender una velita el 7 de diciembre, dar las gracias por lo recibido y hacer mis plegarias fue la mejor inspiración y la realización de lo que ha significado en mi vida cruzarme con Joanna.  Sus enseñanzas y el aprendizaje personal a partir de ellas fueron encender una luz en mi interior y "descubrir" realidades presentes pero ocultas en la oscuridad de la negación, de los juicios mal o bien o simplemente arraigados en el Ser, en la comodidad del molde en el que a veces incómodos nos hacemos caber; fue comprender que auto analizarse y auto conocerse desde la objetividad y la libertad de las ataduras es clave para desenredar los nudos del pensamiento, para entender que entre mejor me conozco, mejor comprendo las personas y las situaciones y puedo darles importancia en la justa medida, libre de prejuicios y preconceptos.  Y concluyo que trabajar en uno mismo es un proceso que requiere disciplina y constancia, un proceso de vida y de por vida cuyo fruto es la libertad que en últimas es la felicidad.

Diana Medina Hernández

Bogotá D.C.

Las sesiones de coaching me han enseñado a verme a mí misma desde otra perspectiva, a ser más consiente y entender las emociones por las que puedo atravesar en diferentes situaciones. Me abrieron la posibilidad de creer más en mí y poder llegar a generar el cambio que quiero hacer. Al ser más consiente de mis emociones me cuestiono más el porqué de ellas y que vale o no la pena conservar. Es difícil cambiar emociones que has venido sintiendo por años para determinadas situaciones, pero al tomar conciencia de ellas seguro puedes tener un poco más de control. Disfruté cada sesiones porque era un espacio que me regalaba a mí misma, en la que la tranquilidad de no ser juzgada está siempre presente, y porque finalizas y te vas con la mejor sensación de todas: Tranquilidad interior.

MCP

Bogotá D.C.

Durante aproximadamente 6 meses de este año mi lugar favorito llego a ser “el sitio sagrado”: Un lugar mágico donde nos reuníamos varias personas en condiciones normales iguales a las mías que llegaron a ser mis amigos y confidentes de vida y, Joanna nuestra amiga, líder, guía y coach... Empezábamos las reuniones para entender el “por qué” y el “para qué” de muchas situaciones; y a lo largo de cada reunión empecé a descubrir y a entender que tenía un poder impresionante dentro de mí para poder cambiar lo que no me gusta de mi personalidad y de mi vida o por el contrario, mejorar mis fortalezas y descubrir otras nuevas.  Siempre creí que las decisiones más importantes de mi vida iban a ser tomadas por “el destino” o por algún “héroe” que apareciera en mi vida, pero entendí cuando en las reuniones me enfrentaba a mí misma, a mi verdad y a mi vida, que soy YO la única que construye o destruye mi vida, la que decide si avanzo o me quedo ahí… gracias a esto empecé a ser feliz… empecé a vivir para mí y por mi mejorando la relación y las condiciones de las personas que me rodean.  Todo esto se logra si tienes la gran bendición de contar con un humilde servidor que te escucha, te cuestiona y te hace entender todo lo que llevas dentro: tus pensamientos, tus sueños, tu pasado, y demás… mi humilde servidora se llama Joanna Acevedo y gracias a su dedicación, su pasión por lo que hace y su voluntad logre encontrar mi verdad y mi felicidad.  Sigo uniendo pensamientos y encontrando respuestas… pero abrí una puerta que nunca me imaginé que existía: El poder del YO.

Paula Andrea Ariza Umbacia

Bogotá D.C

Al sentarme a escribir  estas cortas palabras todo lo que me viene a la cabeza es un inmenso agradecimiento, las sesiones de Coaching con Joanna han sido uno de los regalos más preciados que he podido recibir.  Las lecciones compartidas me han permitido transformar mi yo como observador y ver la vida de una forma totalmente diferente, he aprendido a conocerme a mí misma, a entender que mi felicidad se encuentra sólo en mis manos y soy yo quien la determina a través de mis acciones.  Aquello que más valoro es tener la capacidad de ser consciente sobre mis sentimientos y de la forma como me relaciono con el mundo. Es algo en lo que se debe trabajar todos los días con amor y dedicación, siempre llena de gratitud y admirando los pequeños detalles del día a día que finalmente son los que nos regalan grandes y maravillosos recuerdos.

Paula Andrea Gómez

Bogotá D.C

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